A la espera de sus guerreros se encontraba Thanisis, reina del lugar, y gobernanta de todo cuanto se movía, respiraba o simplemente se pudiera considerar gorbenable.
Thanisis podría ser el clon perfecto de la joven Electra, realmente era la viva imagen la joven que la oscura dama, con bastantes años que la separaban, al igual que los corazones ; pero con todo ello eran tan iguales físicamente como diferentes interiormente, ambas, tanto la mujer como la joven poseían una estatura fuera de lo normal en su sexo, median metro noventa centímetro, poseían un cuerpo de formas esbeltas, a pesar que el paso de los años, había sabido tratar a Thanisis sus cuervas no dejaban de estar bastante mas desarrollada que la de joven Electra, pero la eslaticidad de ambas era muy similar, podían compararse con una pantera. Poseían los mismo ojos rojos grandes y alargados de largas y espesas pestañas negras y mirada que podían funcionarse con el mismo hielo de los polos, sus fracciones era de ovalados rasgos, donde destacaban los carnosos labios, y una nariz de trazo recto, que tal vez en la joven terminase un poco más chata como rasgo heredado de su madre, y un hoyuelo en la barbilla. Con la majestuosidad de un manto podía definirse la grandeza y esplendor de sus espesos y lustros cabellos azabaches.
A la llegada de sus emisarios, se le desató la furia de la Señora de la Oscuridad, ¿como era posible que otra vez se hubiesen dejado vencer, por cinco personas, un ejercito de demonios?
La oscura mirada de la señora se clavó como auténticos dardos en el que fuera segundo al mando y ahora era el oficial de más alto rango, por lo tanto, el responsable de aquel desastre. El joven oficial sabía como se las gastaba la desquiciada reina, como solían habla al referirse a ella entre la prevé.
-Señora nos estaban esperando y nuestro ataque perdió el factor sorpresa. – la excusa era tan penosa como la mentira, y el lo sabía pero el miedo a la reacción de su señora no le permitió que de su boca sonara la verdad.
La furia aumento en la mujer ante la mentira tan descarada de su esbirro, y la paciencia se le acabo puesto que no era una mujer dotada con mucha de esa cosa.
-Pero maldito imbecil por quien demonio me has tomado para pretender que me trague semejante mentira, ¿acaso te crees que estas hablando con esos malditos humanos? Merecías ir donde ha ido tu jefe, pero hoy no puedo permitirme otra perdida más, te necesito como comandante.-le taladro con la mirada para volver ha decir,- Pero por el mismo alma de Satán que si vuelves a fallarme y después intentas tomarme por idiota te abriré en canal y después me comeré tu negro corazón, -él, respiró de alivio, y una sonrisa apareció en su rostro, pero la reacción de ella la corto al instante- no me tientes necio, como te vuelva a ver sonreír lo hare a pesar de lo dicho, no soy muy conocida por mi paciencia ni tampoco por la misericordia, no tientes a la suerte, Hung.
- Lo siento mi señora, no pretendía reírme de usted. Es que resulta humillante que nos vencieran, cuando incluso dos de ellos son apenas dos niños.
-No subestimes a esos críos, por sus cuerpo corre mejor sangre que por la de vosotros pobre esbirros.
-¿Pero señora yo creía que los quería ver muertos?
-Por Satán. No los quiero muerto, quiero a la chica, para conseguir lo que en su tiempo tubo que suceder. Si el inútil de mi hijo no hubiese intervenido hace quince años.
La mujer dio la espalda al esbirro, para terminar.
-Pobré de aquel, que la haga daño por que será su muerte segura. Nadie intenta hacer daño o matar a mi familia y esos malditos críos son mis nietos, -se volvió hacia el sorprendido súbdito –asín que cuidado con tocarles mas de lo divido, la orden es traérmelos asta mi. Pero sin ningún daño presente, maldito el día en el que al iluso de mi hijo se le ocurrió posar sus ojos en esa maldita hechicera, le absorbió de tal manera, el poco sexo que tenía…- recapitulo para rectificar,- que tiene. Ahora ya puedes retirarte, asta que te vuelva ha llamar, espero que la próxima vez me taigas mejores resultados.
-Como mande, señora.- inclino la cabeza e hizo la reverencia digna de una soberana, ella asistió.
Los pensamientos de la soberana, volaron a cuando ella era la musa de su hijo, es decir asta la aparición de aquella maldita mujer que le embrujo, provocando su traición, a la persona que asta aquel entonces había sido la única en su vida, aunque tenia que reconocer que no brillaba por su carisma ni su cariñosidad.
Que seria de Gwydion, desde que lo encerrara en aquel maldito lugar, al final iba ha resultar que contaba con corazón por que se pensó seria mente el matarlo, y de hecho no lo hizo por que resultaba ser su vástago, de no ser por ese pequeño detalle, en estos instantes estaría, destripado como solía hacer con cualquier mal nacido que se atraviese ha traicionarla.
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