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miércoles, 20 de febrero de 2008

Capítulo Tres

EN EL REINO OSCURO DE THANISIS.


A la espera de sus guerreros se encontraba Thanisis, reina del lugar, y gobernanta de todo cuanto se movía, respiraba o simplemente se pudiera considerar gorbenable.

Thanisis podría ser el clon perfecto de la joven Electra, realmente era la viva imagen la joven que la oscura dama, con bastantes años que la separaban, al igual que los corazones ; pero con todo ello eran tan iguales físicamente como diferentes interiormente, ambas, tanto la mujer como la joven poseían una estatura fuera de lo normal en su sexo, median metro noventa centímetro, poseían un cuerpo de formas esbeltas, a pesar que el paso de los años, había sabido tratar a Thanisis sus cuervas no dejaban de estar bastante mas desarrollada que la de joven Electra, pero la eslaticidad de ambas era muy similar, podían compararse con una pantera. Poseían los mismo ojos rojos grandes y alargados de largas y espesas pestañas negras y mirada que podían funcionarse con el mismo hielo de los polos, sus fracciones era de ovalados rasgos, donde destacaban los carnosos labios, y una nariz de trazo recto, que tal vez en la joven terminase un poco más chata como rasgo heredado de su madre, y un hoyuelo en la barbilla. Con la majestuosidad de un manto podía definirse la grandeza y esplendor de sus espesos y lustros cabellos azabaches.

A la llegada de sus emisarios, se le desató la furia de la Señora de la Oscuridad, ¿como era posible que otra vez se hubiesen dejado vencer, por cinco personas, un ejercito de demonios?

La oscura mirada de la señora se clavó como auténticos dardos en el que fuera segundo al mando y ahora era el oficial de más alto rango, por lo tanto, el responsable de aquel desastre. El joven oficial sabía como se las gastaba la desquiciada reina, como solían habla al referirse a ella entre la prevé.

-Señora nos estaban esperando y nuestro ataque perdió el factor sorpresa. – la excusa era tan penosa como la mentira, y el lo sabía pero el miedo a la reacción de su señora no le permitió que de su boca sonara la verdad.

La furia aumento en la mujer ante la mentira tan descarada de su esbirro, y la paciencia se le acabo puesto que no era una mujer dotada con mucha de esa cosa.

-Pero maldito imbecil por quien demonio me has tomado para pretender que me trague semejante mentira, ¿acaso te crees que estas hablando con esos malditos humanos? Merecías ir donde ha ido tu jefe, pero hoy no puedo permitirme otra perdida más, te necesito como comandante.-le taladro con la mirada para volver ha decir,- Pero por el mismo alma de Satán que si vuelves a fallarme y después intentas tomarme por idiota te abriré en canal y después me comeré tu negro corazón, -él, respiró de alivio, y una sonrisa apareció en su rostro, pero la reacción de ella la corto al instante- no me tientes necio, como te vuelva a ver sonreír lo hare a pesar de lo dicho, no soy muy conocida por mi paciencia ni tampoco por la misericordia, no tientes a la suerte, Hung.

- Lo siento mi señora, no pretendía reírme de usted. Es que resulta humillante que nos vencieran, cuando incluso dos de ellos son apenas dos niños.

-No subestimes a esos críos, por sus cuerpo corre mejor sangre que por la de vosotros pobre esbirros.

-¿Pero señora yo creía que los quería ver muertos?

-Por Satán. No los quiero muerto, quiero a la chica, para conseguir lo que en su tiempo tubo que suceder. Si el inútil de mi hijo no hubiese intervenido hace quince años.

La mujer dio la espalda al esbirro, para terminar.

-Pobré de aquel, que la haga daño por que será su muerte segura. Nadie intenta hacer daño o matar a mi familia y esos malditos críos son mis nietos, -se volvió hacia el sorprendido súbdito –asín que cuidado con tocarles mas de lo divido, la orden es traérmelos asta mi. Pero sin ningún daño presente, maldito el día en el que al iluso de mi hijo se le ocurrió posar sus ojos en esa maldita hechicera, le absorbió de tal manera, el poco sexo que tenía…- recapitulo para rectificar,- que tiene. Ahora ya puedes retirarte, asta que te vuelva ha llamar, espero que la próxima vez me taigas mejores resultados.

-Como mande, señora.- inclino la cabeza e hizo la reverencia digna de una soberana, ella asistió.

Los pensamientos de la soberana, volaron a cuando ella era la musa de su hijo, es decir asta la aparición de aquella maldita mujer que le embrujo, provocando su traición, a la persona que asta aquel entonces había sido la única en su vida, aunque tenia que reconocer que no brillaba por su carisma ni su cariñosidad.

Que seria de Gwydion, desde que lo encerrara en aquel maldito lugar, al final iba ha resultar que contaba con corazón por que se pensó seria mente el matarlo, y de hecho no lo hizo por que resultaba ser su vástago, de no ser por ese pequeño detalle, en estos instantes estaría, destripado como solía hacer con cualquier mal nacido que se atraviese ha traicionarla.



...

Capítulo Dos.

QUINCE AÑOS DESPUES;



Electra que diablos crees que estas haciendo, chiquilla.- sir Arthuz, resultaba un poco duro en su preparación, por que se empeñaba en tener que entrenar ahora, pesaba la joven pupila, mientras sentía las palabrotas de su gemelo al cual por poco no le hace desparecer la oreja izquierda, en su mal echado hechizo.

Maldita seas Electra el sueño te nubla el poco sentido que dios te ha dado. Apoco no me dejas sin una oreja.

Que pena más grande mi hermanito sin una oreja, que para lo que te sirve tampoco es que la necesitaras mucho. –el muchacho hizo intento de ir hacia ella amenazante cuando ella salio corriendo, poniendo cara de chica buena.-lo siento mucho hermanito a sido un accidente. Ja, ja, ja-la carcajada se hizo más fuerte cuando fue atrapada por el.

Por favor muchachos.- intento poner orden sir Arthur, pero lo único que consiguió fue servirles a los dos jóvenes de pretexto suficiente para enfocar sus bromas en su persona.- ni siquiera lo penséis, sino queréis acabar ambos en el suelo y magullados desde la raíz del pelo asta las uñas de los pies, pequeños monstruos.

Alexander miro al hombre con la cara de no haber roto jamás un plato.- pero sir nosotros nunca haríamos nada tan poco ético como desearte un rabo de perro o unos cuernos como Chivi. ¿Verdad que no hermanita?

-Por su puesto que no, dios mediante, es como darle unas orejas de burro, o el aliento de una comadreja.

Las palabras de los dos hermanos se manifestaban en el hombre, -Ahora veréis malditos mocosos sinvergüenzas. –El caballero arremetió contra ellos mientras ambos hermanos salía corriendo colina abajo, escapando de sir Arthur.

-Socorro, socorro sir huma un monstruo nos quiere comer.-reía la joven Electra, mientras huían al par de su gemelos. El nombrado caballero que se encontraba con sir Galen se sobresalto asta que los diviso a los dos jóvenes y un graciosísimo sir Arthuz persiguiendo, el serio caballero no podía esta más ridículo, con la cola de u perro, los cuernos de una cabra y orejotas de burro. La carcajada que se le escapo hizo que sir Galen levantara a su vez la vista de lo que se encontraba haciendo.

-Yo si fuera tu no me reiría recuerda que las broma de los muchachos no respetan a ninguno, el próximo podías ser tu. – bajando la cabeza de nuevo una sonrisa ilumino el rostro del caballero, (parecía que fuera ayer cuando la joven señora les diera a los llorosos bebes, y les era inimaginable entenderlos, con tanto llantos, mientras que ahora reconocía que tampoco es que los entendieran mucho, a los traviesos gemelos.)

-Bien pues regáñalos tu si quieres seguir los mismos pasos de sir simpatía.- los tres hombres era conscientes de las bromas y poder de los dos hermanos.

- Está visto que no puedo tener ni un solo momento de reposo.- se levanto el aludido.

-El reposo es para los viejos, y los enfermos amigo mío, por lo que de muestra tus dotes de líder nato y a por ellos, que no se diga que un par de niños nos tienen sobre las cuerdas.-palmeo las espaldas de su amigo.

-Cuando os conviene soy el líder cuando ni casó. Que listo que eres amigo,-deletreo la palabra a, mi, go.

Sir huma puso su más maravillosa sonrisa. Cuando llegaron asta ellos dos los dos perseguidos y al momento el perseguidor.

-Por fin os pillo gamberros ahora veremos quien es el ultimo en reír.

-Pero sir solo a sido una pequeña broma, - le contesto la joven,- si Alex yo te tenemos mucho respeto sir Arthuz.

-Chicos ya esta bien dejar a sir Arthuz como estaba. –el caballero hizo oídos sordos al jactancioso comentario de su compañero “gustos a partes en mi opinión esta más guapo de esa guisa”

- Lo mismo opino sir belleza estas mejor con tu maldita bocota cerrada.- se molesto el aludido. Mientras el genio de la belleza reía a carcajadas.

-Muchachos nos salimos del asunto. Alex, Electra os he dicho …-la frase quedo cortada en la mitad de su texto cuando, por arte de magia un torbellino se abría paso justo encima de sus cabezas, tan negro como las tinieblas del mismo abismo al que daba paso un portal, de donde empezaron a salir seres del inflamando oscuras armadura cubrían sus malinas personas. La primera orden salia de sir Galen.

-Nos atacan muchachos proteger a los chicos. Son demonios de Thanisis al final nos han descubierto.

-No necesitamos que senos proteja como cuando éramos uno bebe, - los dos jóvenes estaban tan unidos que las palabras salieron ala vez de ambos.- se nos preparo para esto mismo por lo que es la hora de ver si hemos aprendido bien.

Los caballeros se miraron entre ellos y comprendieron que los gemelos llevaban razón, el tiempo de protegerlo había quedado atrás, era el momento de saber si podría llegar asta donde les llevara su destino.

-Bien, creo que ha llegado vuestro momento, confiamos en vosotros, - los miro a todos ellos sabiendo que lo tendrían difícil incluso para los cinco. Pero si de algo estaban seguros era del poder de los dos más jóvenes, a pesar del ejercito de demonio que tenían delante, Thanisis esta vez no quería dejar nada al azar.- luchar y cubrir a vuestro compañero, amigo no dejéis un hueco en el escudo de nuestra defensa y tal vez podamos ganarles. Por la promesa echa a nuestra señora Lady Ibo.

Sir huma y sir Arthuz, unieron sus voces para contestar a una, por Lady Ibo, para que se sienta orgullosa de sus caballeros.

-Por todos nosotros, si dios no creo para luchar en esta vida, luchemos,-contesto Gaby.

La batalla comenzó, y los seres de la oscuridad se abalanzaron contra nuestros amigos como una plaga de insectos, haciendo que la frenética lucha de los jóvenes se igualase en ferocidad con la de los veteranos caballeros la espada de Electra era una prolongación del brazo de la joven, al igual que la de su hermano con la diferencia de que la hoja la de Alex era azul, la energía que desprendía mientras que la suya era de fuego rojo, como sus propios ojos. Mientras que sus maestros era una sinfonía de golpes acorde los de uno con los de sus compañeros, cada uno de ellos luchaba para su compañero, atacando y protegiendo a la vez. Mostrando con hechos lo que habían intentado enseñarles a los pupilos, la unidad hace la fuerza.

Los demonios fueron cediendo en su ataque ante la fuerza de los aliados.

-No los permitáis seguir unidos hacer que se separen atacar a los cachorros y los mayores cederán,- el vozarrón del líder de ellos retumbo en sus hombres.

-Engendro de la oscuridad no llegara el día en el que llegues a vernos ceder ante ningún engendro de Electra, - la replica salio de la joven Electra.

-Bien dicho hermanita.

Ante el desenlace de la batalla los demonios fueron cediendo, se fueron metiendo por el portal de donde habían salido, puesto que sir Arthuz acababa de dar de lleno a su líder, haciendo doblarse a los pies de los jóvenes.

-Ahora bastardo quien es el eslabón débil de la cadena. –lo remato con otra estocada, como al animal que era.- No consiento a nadie que ponga en duda la destreza de mis alumnos. Se hincho de orgullo el caballero haciendo que sus alumnos no cogieran en si de placer. Era la primera vez que sir Arthuz les elogiaba en sus habilidades, arreves que sir Huma que lo solía hacer muy a menudo, y sir Galen cuando realmente pensaba que era necesario, eran tres buenísimos tutores pero diferentes como loas mismas estaciones de la naturaleza.

La lucha cedió tras la caída del jefe a mando, y uno tras otro fueron remitiendo asta el portal de donde habían salido.

Mientras que al otro lado del portal en el lado oscuro de la batalla;



...